domingo, 20 de enero de 2013

Nada de qué avergonzarse

La filósofa Amelia Valcárcel, de quien tengo el enorme privilegio de haber sido alumna, facilitaba estos días en una red social el enlace a una entrevista que le hicieron hace un tiempo y donde la entrevistadora elegía como titular una hermosa frase de la gran maestra: “El feminismo no tiene nada de qué avergonzarse”.* En estos tiempos en los que la igualdad se discute como si fuera un exceso, la entrevista de la gran pensadora repasa, con gran magisterio, algunos temas básicos de la agenda feminista, empezando por esa gran idea que destaca el titular. Para la catedrática de filosofía moral y política, el feminismo no tiene nada de qué arrepentirse porque: “No ha producido violencia ni tiene todavía ningún muerto en el campo contrario. Y ha logrado, con métodos pacíficos siempre, y a costa de las vidas de mucha gente sacrificándose, ir consiguiendo meta tras meta”.
Su entrevista debería ser lectura obligatoria en las escuelas (por proponer un material didáctico más) pero también entre quienes imparten doctrina mediante la antiética fórmula de mentir o distorsionar. Valga como ejemplo de quienes deberían leerla, el equipo editorial de la publicación “Alfa y Omega”, semanario católico que distribuye a nivel nacional y de forma gratuita el diario ABC. Otra de nuestras feministas célebres, la escritora y periodista Nuria Varela, enlaza el último número de esa publicación (de este año 2013) dedicado a atacar eso que han dado en llamar la “ideología del género”, que como sabrán la mayoría de quienes leen este texto, no existe ni como teoría ni como movimiento social, por mucho que algunas personas e instituciones insistan en ello, asegurando además que coincide con el feminismo (que jamás ha utilizado dicha etiqueta ni comparte las ideas que supuestamente se le adjudican).

Sorprende, como escribe Varela, el odio y rabia que despierta la libertad de los individuos, la diversidad y, sobre todo, la emancipación femenina. Pero sorprende también la tremenda ignorancia de la que hacen gala esas voces que se elevan, insultado y despreciando, para vociferar datos incorrectos y sesgados según sus intereses. La misma sensación de hartazgo producía leer hace pocos días al obispo de Córdoba quien, tras afirmar que “la ideología del género destroza a la familia”, se dedicaba a argumentar contra los derechos de las mujeres haciendo gala de una ignorancia que sonrojaba, atreviéndose incluso a mencionar a Simone de Beauvoir.

“¿Incultura o maldad?”, se preguntaba pocos días después en su blog Juan Torres López, catedrático de economía aplicada.** Las ganas de confundir y la deriva totalitaria de parte de la jerarquía católica estarían detrás, siguiendo a Torres, de la tergiversación de cuestiones claves de la que hacen gala estas voces. El profesor escribe: “el Obispo (como en general hace la jerarquía católica) generaliza y denomina ‘ideología de género’  a la suma de todas estas malas interpretaciones del pensamiento feminista y de los análisis de género. Hablar de una ideología de género es una simpleza inaceptable. O, mejor dicho, una falsedad, porque no es cierto que haya una ideología de género. Cualquiera que haya leído un poco, que se haya informado algo antes de hablar de estas cosas, sabe que hay perspectivas de análisis muy diferentes que toman como referencia las diferencias de género”.
Quienes sienten incomodidad con las reclamaciones del feminismo podrán seguir vociferando, insultando y distorsionando. Pero no lograrán hacernos callar a quienes elegimos la razón, la inteligencia y la justicia. La lucha constante, pacífica, razonada e inteligente del feminismo es la única posible para ese otro mundo que deseamos, igualitario y justo. No tenemos nada de qué avergonzarnos, aunque sí mucho de qué sentirnos orgullosas y orgullosos quienes cada día luchamos por ello.

** Nota: Blog “La Tramoya” de Juan Torres López en: http://blogs.publico.es/juantorres/2013/01/04/el-obispo-y-el-genero-incultura-o-maldad/

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