La
empresa Ikea nos sorprendía hace poco con un
catálogo de sus productos que, adaptado para Arabia Saudí, eliminaba a todas
las mujeres y niñas (incluyendo las diseñadoras que firman algunos productos)
de sus páginas. El periódico sueco Metro
denunciaba en el mes de octubre que el folleto publicitario más difundido (y coleccionado)
del mundo, había excluido (con la inestimable ayuda del programa de edición
Photoshop) toda imagen femenina de su publicidad, lo que obligó a la empresa a
pedir disculpas públicamente: "Deberíamos habernos dado cuenta de que excluir
a las mujeres de la versión de Arabia Saudí del catálogo está en conflicto con
los valores del grupo Ikea".
Aunque la práctica
parecía que se había adoptado por las estrictas normas que en Arabia Saudí se
aplican en cuanto a la reproducción de fotografías femeninas, la ministra de
comercio de Suecia, Ewa Björling, aseguró: "No se puede apartar a las
mujeres de la realidad". Ylva Mangnusson, portavoz de Ikea, se defendió
argumentado que Ikea cuenta con un "claro código de comportamiento"
en el que la igualdad entre hombres y mujeres es una pieza fundamental.
Así pues, la disculpa
parecía inevitable en una empresa donde el 40% de las personas que ocupan
cargos de alta dirección son mujeres y que se caracteriza por hacer aparecer a
sus propios empleados, de ambos sexos, en sus catálogos, además de amistades,
habitantes de Älmhult (sede de la empresa) o familiares. Además, los
diseñadores también aparecen junto a las obras que firman, como el caso de Clara
Gausch, la única mujer que aparecía en el catálogo de 2013 y que también fue borrada
de las imágenes.
Tras esta mala
práctica, sorprendente en una empresa de la que suponemos responsabilidad
social, llega un mes más tarde otra inversa de aquella, que les relato por lo
diferente. Otra empresa sueca, en este caso
Toys'R' us, muy criticada en su país por reforzar los estereotipos en
sus campañas de juguetes, ha preparado un catálogo "neutral" para su
catálogo de navidad 2012, tal y como se recoge en diferentes periódicos a
finales de noviembre.
Jan Nyberg, director de
ventas de la cadena, ha reconocido que la polémica sobre la igualdad de género
ha generado un debate de tales dimensiones que les ha obligado a adaptarse:
"el nuevo catálogo busca transmitir la idea de que no es 'un juguete para
niño o niña' y que el género da igual". La versión sueca del catálogo ha
eliminado digitalmente las imágenes de niñas pasivas aunque la empresa mantiene
las estereotípicas opciones sexuadas de juguetes para el resto de países.
El asunto nos lleva a
la reflexión sobre los juguetes como opciones que proponen una visión del mundo
frente a otra. Son numerosas las críticas que alertan sobre mensajes monolíticos
en los que los varones juegan con juguetes de acción y aventura mientras que
para las niñas sólo se proponen muñecas, princesas y mamás. Para el
Observatorio Sueco de Autorregulación de la Publicidad, los catálogos como los de Toys'R'us presentan "una
visión limitada de los juegos infantiles y de la elección de los juguetes.
Además, la exclusión de niños y niñas en diferentes tipos de juguetes es, en sí
misma, degradante para ambos géneros".
Se acercan unas fechas
especialmente sensibles a esta cuestión. Una vez más es necesario que padres,
madres, educadores/as y amistades nos planteemos que los juguetes proveen una
visión del mundo que no es inocente: nos preparan para la vida
adulta, son una forma de aprendizaje y, en muchas ocasiones, son capaces de dirigir nuestra opción
profesional más adelante. Los juguetes pueden ser una fuente de imaginación y
un estímulo a la autonomía o bien todo lo contrario.
La elección
estereotípica de juguetes es limitadora (sobre todo para las niñas, pero
también para los niños) y empobrece no solo el juego sino también la propia
construcción identitaria. Elegir un juguete sexista es elegir un juguete sin
calidad. Elegir un juguete no es un juego.
me encanta tu entrada, la usaré, con tu permiso, y nombrándote.
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